Desafío William Carey


          Cualquier libro que caía en sus manos era devorado y asimilado, hasta el punto que se había familiarizado en su adolescencia con el latín, y mientras trabajaba como zapatero, aprendió griego. Éste fue William Carey (1761-1834), el padre de las misiones modernas, el joven inglés que a los 21 años de edad dominaba el hebreo, el griego, el latín, el italiano y comenzaba los estudios de danés y francés.

          Tomaba prestado libros para estudiar, y a pesar de vivir pobremente, adquirió algunos textos usados. La lectura de una vasta cantidad de libros fue factor importante en el futuro misionero de Carey, pero, en especial, al leer y estudiar la Biblia en profundidad, esta le dejaba claro la responsabilidad que cada cristianos tenía para llevar las buenas nuevas a los que todavía no las habían escuchado.

          Ya estando en India, el país que tanto amó, Carey percibió la necesidad imperiosa de que el pueblo tuviese una Biblia en su propia lengua y, sin demora, se entregó a la tarea de traducirla. Uno de sus métodos para aumentar el conocimiento de otras lenguas, consistía en leer diariamente la Biblia en latín, en griego y en hebreo. La rapidez con que aprendió las lenguas de este país, es motivo de admiración para los mejores lingüistas. Sus biografías reconocen, que cuando Dios lo llamaba para que iniciara alguna tarea, él permanecía firme, día tras día, mes tras mes, y año tras año hasta acabarla. Dejó que el Señor se sirviera de su vida hasta el día de su muerte.

          Durante los cuarenta y un años que pasó en la India, no visitó Inglaterra. Para 1832, después de haber perdido todo el avance de las traducciones en un incendio de la imprenta que había establecido, Carey reconstruyó y expandió la operación de imprimir,   y había publicado Biblias completas o porciones de la misma en más de cuarenta idiomas y dialectos. Hablaba con fluidez más de treinta lenguas de la India; dirigía la traducción de las Escrituras en todas esas lenguas y fue nombrado para realizar la ardua tarea de ser traductor oficial del gobierno.  Escribió varias gramáticas hindúes y compiló importantes diccionarios de los idiomas bengalí, maratí y sánscrito.  El diccionario bengalí consta de tres volúmenes e incluye todas las palabras de la lengua, con sus raíces y origen, y definidas en todos los sentidos. Se calcula que Carey tradujo la Biblia para la tercera parte de los habitantes del mundo.
 
          Es pues nuestra sincera intención que, como verdadero hijo de Dios, recibas la fuerte influencia de hombres que han vivido para conocer a Dios y realizar Su obra comenzando bajo la primicia de la lectura de la Palabra de Dios (“para que los que viven -en Cristo- ya no vivan más para sí mismos, sino para aquél que murió y resucitó por ellos” 2 Co 5:15). William Carey es pues uno de ellos, y por cuyo nombre hacemos referencia a éste desafío llamado “Desafío William Carey”, que consiste en la lectura personal y diaria de la palabra de Dios de comienzo a fin, pero al unísono con hermanos de diferentes lugares quiénes, en comunión, compartirán éste desafío a través de los avances de sus lecturas basadas en un recíproco conocimiento y publicación a través de www.misionesmundiales.org


¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA LECTURA  
DE LA BIBLIA DE COMIENZO A FIN?

John MacArthur, en su libro “El poder de la Palabra y Cómo Estudiarla”, nos dice:
 
“El estudio de la Biblia comienza con su lectura. Y francamente, mucha gente nunca llega a ese punto. Leen fragmentos pero nunca la leen de verdad. Puede que lean muchos libros acerca de la Biblia pero no leen la Biblia. No hay nada que sustituya la lectura de las Escrituras. Debemos estar completamente comprometidos a leerla, porque es ahí donde comienza todo. Recuerdo del seminario al doctor Charles Feinberg, un mentor sensacional que tuve, y un excelente varón de Dios que sabía tanto del AT que solía deslumbrar a los estudiantes. Uno de ellos a veces trataba de atraparlo, y decía: “Doctor Feinberg, ¿Qué dice 1 Reyes capítulo 7, versículo 34?”. Él lo balbuceaba mentalmente en hebreo, lo traducía y nos comunicaba lo que decía. Yo le dije: “Con todas las demás lecturas que hace cada día para estar al tanto de las cosas, el estudio del hebreo, los comentarios que escribe y las clases que imparte, ¿tiene tiempo de leer la Biblia?”. Él contestó: “Yo leo la Biblia. Leo la Biblia completa cuatro veces al año, y lo he hecho por no sé cuántos años”. No hay nada que sustituya la lectura de la Biblia. Leer la Biblia contesta a esta pregunta: ¿Qué dice la Biblia? Tenemos que leerla para averiguar lo que dice. (…) se dará cuenta de que su comprensión total aumenta de una manera increíble. Es porque la Biblia explica la Biblia. Por eso cuando usted comience a leer la Biblia, su nueva comprensión llenará muchos vacíos. (…) todo tiene sentido cuando usted lee la Palabra de Dios entera. “
 

          En un estudio serio de la Escritura, los pasos son su lectura, interpretación y meditación, para posteriormente enseñarla, pero como dice el Dr. MacArthur “es ahí [en la lectura de la Biblia], donde comienza todo”.

“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura,
 la exhortación y la enseñanza”.1 Timoteo 4:13

          Charles Spurgeon, quién expresó “que todos los cristianos deberían estudiar la Biblia hasta que les corra por la sangre”, en su libro “Discurso a mis Estudiantes”, dice:

          “Nadie puede decir que no tiene pozo de donde sacar agua, mientras las Escrituras se hallen a su alcance. En la Biblia tenemos una biblioteca completa, y el que la estudia a fondo, será un hombre más erudito que si hubiera estudiado todos los libros de la biblioteca de Alejandría. Entender la Biblia debe ser nuestra ambición. Es menester que estemos tan familiarizados con ella, como lo está una costurera con su aguja, un comerciante con su libro de apuntes, y un marinero con su embarcación”.

 
          Las Escrituras para el cristiano, debe ser su ferviente interés, Cuando descubra sus verdades se alegrará, y anhelara mas y mas de aquella fuente inagotable, la cual se transformará en “su ambición”. El primer paso para tal complacencia, es la lectura permanente.


 “Y andaré en libertad,
Porque busqué tus mandamientos.” Salmos 119:45

          J. I. Packer en su libro “Hacia el conocimiento de Dios” nos advierte:
“Mucho nos tememos, en esto también, que muchos de los que profesan pertenecer a Cristo hoy en día nunca aprenden a ser sabios, porque no prestan atención necesaria a la palabra escrita de Dios. William Gouge, el puritano, leía regularmente quince capítulos por día. El fallecido archidiácono T.C Hammond solía leer la Biblia entera cuatro veces por año. ¿Cuánto tiempo hace que hemos leído la Biblia de comienzo a fin? ¿Dedicamos tanto tiempo por día a la Biblia como el que dedicamos al periódico? ¡Que tontos somos algunos!, y seguimos siéndolo toda la vida, sencillamente porque no queremos molestarnos en hacer lo que hay que hacer para recibir esa sabiduría que es un don gratuito de Dios”.

          Si leer la Biblia es hoy un sacrificio o un desafío gigante para ti porque dedicas gran parte de tu tiempo a tu trabajo, estudios, familia, amistades, activismo religioso, etc. más que conocer y leer la palabra del Dios que te ha librado de la ira venidera y por Gracia te ha dado vida, deseamos entonces, que Sus Palabras puedan llegar a ser para ti, tu mayor satisfacción, verdadero regocijo y tu mayor deleite (Salmos 119:16). Da hoy el primer paso para llegar a la comprensión de la Santa Palabra de Dios.


“Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.” Salmos 119:34

Memorias
George Campbell Morgan (1863-1945), quién demostró que Dios puede levantar a un gran maestro de la Biblia de un hombre sin un entrenamiento teológico formal, leyó más de 50 veces la Biblia entera dentro de un periodo de 7 años.

Charles Spurgeon (1834-1892) leyó la Biblia mas de 100 veces y dijo: “La última vez la encontré mucho mas hermosa que la primera vez”

Catherine Booth (1829-1890) antes de llegar a los doce años de edad, había leído la Biblia entera ocho veces. Ella no necesitaba una escuela bíblica porque su vida entera como niña, su hogar, fue un seminario lleno de revelaciones santas.

Jorge Muller (1805-1898) testifica haber leído la Biblia por lo menos 200 veces,  y 100 de ellas la leyó estando de rodillas en actitud de oración.

John Sung (1901-1944), hijo de un pastor, Sung nació el 27 de Septiembre de 1901, en una provincia del sur de China. A los 20 años de edad viajó hacia los Estados Unidos con la intención de estudiar. A la edad de 26 años John Sung fue salvo por la misericordiosa Gracia de Dios mientras estudiaba en la universidad, lo que le llevó a gritar por los pasillos “¡Aleluya! Cristo me ha hecho libre”. Así fue como comenzó su ferviente amor por la Verdad de Dios.  La capacidad académica de Sung era tan brillante que obtuvo 3 títulos universitarios incluyendo un doctorado en Química en tan solo cinco años. Tan intenso era el celo de Sung por el Señor, que las autoridades de la universidad donde estudiaba lo internaron en un hospital psiquiátrico. Y durante esos 193 días de internación, Sung leyó la Biblia, de tapa a tapa, más de 40 veces. El manicomio pasó a ser para John Sung la verdadera universidad teológica. Cuando regresó a China lanzó todos sus títulos al mar y decidió dedicarse exclusivamente a llamar a la gente al arrepentimiento y reconciliación con Jesús. Viajó incansablemente por el vasto territorio de China, denunciando a aquellos que vivían en pecado siendo en varias ocasiones amenazado de muerte. Sung con apenas 43 años de edad, pasó a la presencia del Señor.


RECONSTRUYENDO VIDAS 
Te invita a ser parte de:
DESAFÍO WILLIAM CAREY”

Objetivo
Leer toda la Biblia (de comienzo a fin). Enfatizamos que no se trata de un estudio bíblico detenido verso por verso, sino de Lectura Bíblica, el primer paso para una posterior comprensión y serio conocimiento de las Escrituras. 

Disposiciones Generales        
* Realizar la Lectura Bíblica diariamente, los siete días de la semana, comenzando desde el Génesis hasta Apocalipsis (es decir, leyendo la Biblia de tapa a tapa y sin saltar ni un verso).

* Mínimo 1 hora continua por día.

* Escribir una vez cada quince días anunciando el avance de la lectura, al correo capacitacionrv@gmail.com, indicando libro, capítulo y versos de la Biblia que han sido leídos hasta la fecha de envío de dicho correo. El avance de la lectura de cada participante será publicado en la página web www.misionesmundiales.org (en éste sitio)

* Ser parte de esta actividad bajo las condiciones señaladas. Será un compromiso totalmente para con Dios y tu comunión personal con Él, demostrando así el Amor que tienes por Dios y el Conocimiento de Él. “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.”
Juan 14:23 

Inscripciones
* Escríbenos ahora mismo
para la inscripción al correo capacitacionrv@gmail.com, indicando tu nombre, edad, ciudad y nombre de la congregación a la que asistes e indicándonos la fecha en que iniciarás tu lectura, para así ser parte de los hermanos que conforman éste maravilloso desafío personal, cuyos nombres y avances serán publicados.

* Si la palabra de Dios y su lectura son realmente importantes para ti, difunde este desafío para los hijos de Dios que conozcas.



“Todo lo que aprendemos acerca de Dios, hay que transformarlo en tema de meditación delante de Dios, seguido de oración y alabanza a Dios”
J.I. Packer.


Reconstruyendo Vidas



Qualquer livro que caía em suas mãos era devorado e assimilado, até o ponto que se tinha familiarizado em sua adolescência com o latim, e enquanto trabalhava como sapateiro, aprendeu grego. Este foi William Carey (1761-1834), o pai das missões modernas, o jovem inglês que aos 21 anos de idade dominava o hebreu, o grego, o latim, o italiano e começava os estudos de dinamarquês e francês.

Tomava prestado livros para estudar, e apesar de viver pobremente, adquiriu alguns textos usados. A leitura de uma vasta quantidade de livros foi fator importante no futuro missionário de Carey, mas, em especial, ao ler e estudar a Bíblia em profundidade, esta lhe deixava claro a responsabilidade que cada cristãos tinha para levar as boas novas aos que ainda não as tinham escutado.

Já estando na Índia, o país que tanto amou, Carey percebeu a necessidade imperial de que o povo tivesse uma Bíblia em sua própria língua e, sem demora, entregou-se à tarefa de traduzí-la. Um de seus métodos para aumentar o conhecimento de outras línguas, consistia em ler diariamente a Bíblia em latim, em grego e em hebreu. A rapidez com que aprendeu as línguas deste país, é motivo de admiração para os melhores linguistas. Suas biografias reconhecem, que quando Deus o chamava para que iniciasse alguma tarefa, ele permanecia firme, dia após dia, mês após mês, e ano após ano até acabá-la. Deixou que o Senhor se servisse de sua vida até o dia de sua morte.

Durante os quarenta e um anos que passou na Índia, não visitou Inglaterra. Em 1832, depois de ter perdido todo o avanço das traduções num incêndio da tipografia que tinha estabelecido, Carey reconstruiu e expandiu a operação de imprimir, e tinha publicado Bíblias completas ou porções da mesma em mais de quarenta idiomas e dialetos. Falava com fluencia mais de trinta línguas da Índia; dirigia a tradução das Escrituras em todas essas línguas e foi nomeado para realizar a árdua tarefa de ser tradutor oficial do governo. Escreveu várias gramáticas indianas e compilou importantes dicionários dos idiomas bengalí, maratí e sânscrito. O dicionário bengalí consta de três volumes e inclui todas as palavras da língua, com suas raízes e origem, e definidas em todos os sentidos. Calcula-se que Carey traduziu a Bíblia para a terceira parte dos habitantes do mundo.

É pois nossa sincera intenção que, como verdadeiro filho de Deus, recebas a forte influência de homens que viveram para conhecer a Deus e realizar Sua obra começando sob a primícia da leitura da Palavra de Deus (“para que os que vivem não vivam mais para si mesmos, mas para aquele que por eles morreu e ressuscitou” 2 Co 5:15). William Carey é pois um deles, e por cujo nome fazemos referência a este desafio chamado “Desafio William Carey”, que consiste na leitura pessoal e diária da palavra de Deus de começo a fim, mas ao uníssono com irmãos de diferentes lugares quem, em comunhão, compartilharão este desafio através dos avanços de suas leituras baseadas num recíproco conhecimento e publicação através de www.misionesmundiales.org


POR QUE É IMPORTANTE A LEITURA 
DA BÍBLIA DE COMEÇO A FIN? 

O Dr. John MacArthur, em seu livro “O poder da Palavra e Como Estudá-la”, diz-nos:“O estudo da Bíblia começa com sua leitura. E francamente, muita gente nunca chega a esse ponto. Lêem fragmentos mas nunca a lêem para valer. Pode que leiam muitos livros a respeito da Bíblia mas não lêem a Bíblia. Não há nada que substitua a leitura das Escrituras. Devemos estar completamente comprometidos a lê-la, porque é aí onde começa tudo. Recordação do seminário ao doutor Charles Feinberg, um mentor sensacional que tive, e um excelente varão de Deus que sabia tanto do AT que costumava deslumbrar aos estudantes. Um deles as vezes tratava de atrapá-lo, e dizia: “Doutor Feinberg, Que diz 1 Reyes capítulo 7, versículo 34?”. Ele o balbuciava mentalmente em hebreu, traduzia-o e nos comunicava o que dizia. Eu lhe disse: “Com todas as demais leituras que faz cada dia para estar sempre informado, o estudo do hebreu, os comentários que escreve e as classes que dá, tem tempo de ler a Bíblia?”. Ele contestou: “Eu leio a Bíblia. Leio a Bíblia completa quatro vezes ao ano, e o fiz por não sê quantos anos”. Não há nada que substitua a leitura da Bíblia. Ler a Bíblia contesta a esta pergunta: Que diz a Bíblia? Temos que a ler para averiguar o que diz. (…) se dará conta de que seu entendimento total aumenta de uma maneira incrível. É porque a Bíblia explica a Bíblia. Por isso quando você comeca a ler a Bíblia, seu novo entendimento encherá muitos esvaziamentos. (…) tudo faz sentido quando você lê a Palavra de Deus inteira. “

Num estudo sério das Escrituras, os passos são sua leitura, interpretação e meditação, para posteriormente ensiná-la, mas como diz o Dr. MacArthur “é aí [na leitura da Bíblia], onde começa tudo”.
 

“Até à minha chegada, aplica-te à leitura,
à exortação, ao ensino.”.1 Timoteo 4:13.

Charles Spurgeon, quem expressou “que todos os cristãos deveriam estudar a Bíblia até que lhes corra pelo sangue”, em seu livro “Lições aos Meus Alunos”, diz:

“Ninguém pode dizer que não tem poço de onde sacar água, enquanto as Escrituras se achem a seu alcance. Na Bíblia temos uma biblioteca completa, e quem a estuda a fundo, será um homem mais erudito do que se tivesse estudado todos os livros da biblioteca de Alexandria. Entender a Bíblia deve ser nossa ambição. É mister que estejamos tão familiarizados com ela, como o está uma costureira com sua agulha, um comerciante com seu livro de anotações, e um marinheiro com sua embarcação”.

As Escrituras para o cristão, deve ser seu fervente interesse, Quando descubra suas verdades se alegrará, e almejasse mas e mas daquela fonte inesgotável, a qual se transformará em “sua ambição”. O primeiro passo para tal complacência, é a leitura permanente.

“E andarei em liberdade, 
pois busquei os teus preceitos.” Salmos 119:45

J. I. Packer em seu livro “Para o conhecimento de Deus” adverte-nos:“Muito de nos tememos, em isto também, que muitos dos que professam pertencer a Cristo hoje em dia nunca aprendem a ser sábios, porque não prestam atendimento necessário à palavra escrita de Deus. William Gouge, o puritano, lia regularmente quinze capítulos por dia. O falecido archidiácono T.C.Hammond costumava ler a Bíblia inteira quatro vezes por ano. Quanto tempo faz que lemos a Bíblia de começo a fim? Dedicamos tanto tempo por dia à Bíblia como o que dedicamos ao jornal? ¡Que tolos somos alguns!, e seguimos sendo-o toda a vida, singelamente porque não queremos molestar-nos em fazer o que há que fazer para receber essa sabedoria que é um dom gratuito de Deus”.

Se ler a Bíblia é hoje um sacrifício ou um desafio gigante para ti porque dedicas grande parte de teu tempo a teu trabalho, estudos, família, amizades, ativismo religioso, etc. mais do que conhecer e ler a palavra do Deus que te livrou da ira vindoura e por Graça te deu vida, desejamos então, que Suas Palavras possam chegar a ser para ti, tua maior satisfação, verdadeiro regozijo e teu maior deleite (Salmos 119:16). Dá hoje o primeiro passo para chegar ao entendimento da Santa Palavra de Deus.

“Dá-me entendimento, e guardarei a tua lei
e observá-la-ei de todo o coração.” Salmos 119:34

Memórias
George Campbell Morgan (1863-1945), quem demonstrou que Deus pode levantar a um grande maestro da Bíblia de um homem sem um treinamento teológico formal, leu mais de 50 vezes a Bíblia inteira dentro de um período de 7 anos.

Charles Spurgeon (1834-1892) leu a Bíblia mas de 100 vezes e disse: “A última vez a encontrei muito mas formosa que a primeira vez”

Catherine Booth (1829-1890) antes de chegar aos doze anos de idade, tinha lido a Bíblia inteira oito vezes. Ela não precisava de uma escola bíblica porque sua vida inteira como menina, seu lar, foi um seminário cheio de revelações santas.

Jorge Muller (1805-1898) testemunha ter lido a Bíblia pelo menos 200 vezes, e 100 delas a leu estando de joelhos em atitude de oração.

John Sung (1901-1944), filho de um pastor, Sung nasceu o 27 de Setembro de 1901, numa província do sul de China. AOS 20 anos de idade viajou para os Estados Unidos com a intenção de estudar. À idade de 26 anos John Sung foi salvo pela misericordiosa Graça de Deus enquanto estudava na universidade, o que lhe levou a gritar pelos corredores “¡Aleluya! Cristo me fez livre”. Assim foi como começou seu fervente amor pela Verdade de Deus. A capacidade acadêmica de Sung era tão brilhante que obteve 3 títulos universitários incluindo um doutorado em Química em tão só cinco anos. Tão intenso era o zelo de Sung pelo Senhor, que as autoridades da universidade onde estudava o internaram num hospital psiquiátrico. E durante esses 193 dias de internação, Sung leu a Bíblia, de ponta a ponta, mais de 40 vezes. O manicômio passou a ser para John Sung a verdadeira universidade teológica. Quando regressou a China lançou todos seus títulos ao mar e decidiu dedicar-se exclusivamente a chamar à gente ao arrependimento e reconciliação com Jesús. Viajou incansavelmente pelo vasto território de China, denunciando àqueles que viviam em pecado sendo em várias ocasiões ameaçado de morte. Sung só com 43 anos de idade, passou à presença do Senhor.
 
 
RECONSTRUINDO VIDAS
Te convida a ser parte de:
“DESAFIO WILLIAM CAREY”

Objetivo
Ler toda a Bíblia (de começo a fim). Enfatizamos que não se trata de um estudo bíblico detido verso por verso, senão de Leitura Bíblica, o primeiro passo para um posterior entendimento e sério conhecimento das Escrituras.

Disposições Gerais
* Realizar a Leitura Bíblica diariamente, os sete dias da semana, começando desde o Génese até Apocalipse (isto é, lendo a Bíblia de ponta a ponta e sem saltar nem um verso).

* Mínimo 1 hora contínua por dia.

* Escrever uma vez cada quinze dias anunciando o avanço da leitura, ao correio capacitacionrv@gmail.com, indicando livro, capítulo e versos da Bíblia que foram lidos até a data de envio de dito correio. O avanço da leitura de cada participante será publicado na página web www.misionesmundiales.org (neste site)

* Ser parte desta atividade sob as condições assinaladas. Será um compromisso totalmente para com Deus e tua comunhão pessoal com Ele, demonstrando assim o Amor que tens por Deus e o Conhecimento dele. “Se alguém me ama, guardará a minha palavra, e meu Pai o amará, e viremos para ele e faremos nele morada.” Juan 14:23


Inscrições
* Escreve-nos
para a inscrição agora mesmo ao correio capacitacionrv@gmail.com, indicando teu nome, idade, cidade e nome da congregação à que assistes e a data em que deu inicio a tua leitura, para assim ser parte dos irmãos que conformam este maravilhoso desafio pessoal, cujos nomes e avanços serão publicados.

* Se a palavra de Deus e sua leitura são realmente importantes para ti, difunde este desafio para os filhos de Deus que conheça.


“Tudo o que aprendemos a respeito de Deus, há que o transformar em tema de meditação diante de Deus, seguido de oração e louvor a Deus”
J.I. Packer


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